La sentencia ha sido dictada por la Audiencia Provincial de Cantabria, la cual condena a seis años de cárcel y 200.357 euros de multa a un ciudadano británico que pretendía introducir 15.000 pastillas de éxtasis, incurriendo en un delito contra la salud pública.
La detención del acusado se produjo al llegar en el ferri que va desde Plymouth hasta Santander, llevando la droga en una caravana remolcada, en cuyo interior se había creado un habitáculo para ocultar las pastillas; además, de cara a sortear el olfato de los perros, los paquetes iban cubiertos por una película de grasa. De esta forma, con un plan tan elaborado, la Audiencia no da credibilidad a la versión exculpatoria del condenado, quien sostiene que desconocía el contenido del transporte; según ella, sumado a lo anterior, el comportamiento nervioso del acusado cuando era registrado, y las diferentes versiones que ha dado de lo sucedido a lo largo de los distintos interrogatorios, hacen todavía más inverosímil su inocencia.
Señala la sentencia que “todos los indicios apuntan a que viajó solo porque no era un viaje de recreo, sino muy arriesgado, transportar droga, dejando al margen a su familia”, indicando a continuación que “tampoco acredita el acusado que un tercero le hubiese pagado el hotel, el ferri, la gasolina o el traslado en avión desde Oporto hasta su casa”.
Junto con la pena de cárcel y multa, el tribunal ordena el decomiso del vehículo, la droga, el remolque y la auto caravana, al considerarlos instrumentos del delito, utilizados como medio para introducir la droga en el mercado ilícito.
La sentencia no es firme, y puede ser apelada ante la Sala de lo civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria [Kirian Riquelme Saldivia].
Fuente: Comunicación Poder Judicial.
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La detención del acusado se produjo al llegar en el ferri que va desde Plymouth hasta Santander, llevando la droga en una caravana remolcada, en cuyo interior se había creado un habitáculo para ocultar las pastillas; además, de cara a sortear el olfato de los perros, los paquetes iban cubiertos por una película de grasa. De esta forma, con un plan tan elaborado, la Audiencia no da credibilidad a la versión exculpatoria del condenado, quien sostiene que desconocía el contenido del transporte; según ella, sumado a lo anterior, el comportamiento nervioso del acusado cuando era registrado, y las diferentes versiones que ha dado de lo sucedido a lo largo de los distintos interrogatorios, hacen todavía más inverosímil su inocencia.
Señala la sentencia que “todos los indicios apuntan a que viajó solo porque no era un viaje de recreo, sino muy arriesgado, transportar droga, dejando al margen a su familia”, indicando a continuación que “tampoco acredita el acusado que un tercero le hubiese pagado el hotel, el ferri, la gasolina o el traslado en avión desde Oporto hasta su casa”.
Junto con la pena de cárcel y multa, el tribunal ordena el decomiso del vehículo, la droga, el remolque y la auto caravana, al considerarlos instrumentos del delito, utilizados como medio para introducir la droga en el mercado ilícito.
La sentencia no es firme, y puede ser apelada ante la Sala de lo civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria [Kirian Riquelme Saldivia].
Fuente: Comunicación Poder Judicial.
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