El acusado – quien tiene un ligero retraso mental – ha sido condenado a 13 meses de prisión, una multa de 1.620 euros y el pago de una indemnización de 51.137 euros, por la Audiencia Provincial de Cantabria, acusado de los delitos de estafa y falsedad en documento mercantil, ambos dos en su categoría continuada.
Queda probado que el acusado “aparentando una solvencia de la que carecía y utilizando engaño consistente en hacer creer a los vendedores que su madre le avalaba – o que incluso era la compradora de uno de los vehículos –, logró que las financieras le prestaran el dinero necesario para tales compras”, empleando también la fotocopia del DNI de la madre y cumplimentando todos los documentos y falsificando la firma, “obteniendo de facto la entrega de los vehículos, que rápidamente fueron dispuestos por él, y dos de ellos destruidos para cobrar los importes de los siniestros”. Es de mencionar, que las tres operaciones fueron realizadas en el transcurso de seis días. En lo que respecta a la falsificación, el tribunal señala que “no sabemos si fue él quien materialmente firmó en los contratos, pero sí que las firmas eran notoriamente falsas y que fue él quien intervino en los contratos y se benefició del engaño”.
Existe otro acusado, quien fue absuelto, ya que, según la Sala, “no hay pruebas de que fuera él quien urdiera el plan junto al condenado, no hay pruebas de que fuera él quien falsificara las firmas de la madre del condenado, no hay pruebas de que se beneficiara de alguna forma de la estafa urdida por aquel”.
La sentencia es firme, pues contra esta no se ha presentado recurso alguno. [Kirian Riquelme Saldivia]
Fuente: Comunicación Poder Judicial
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