En diciembre de 2012, Carrefour lanzó una campaña publicitaria en la que se comparaban los precios de 500 marcas destacadas en diferentes establecimientos de la competencia. En esta se comprometía ante el consumidor a devolverle la diferencia de precio duplicada si encontraba precios inferiores en otro establecimiento. Lo que pasa que en un segundo momento de la campaña se comparaban los precios de supermercados de la compañía Intermarché con los hipermercados Carrefour.
Intermarché solicitó ante la justicia francesa que se pusiera fin a la publicidad y que Carrefour indemnizara los daños y perjuicios por publicidad engañosa.
La cour d’appel de Paris pregunta al Tribunal de Justicia si la publicidad realizada durante la segunda fase de la campaña es lícita a la luz de la Directiva sobre publicidad engañosa y publicidad comparativa. Además, pregunta si en la campaña se debería haber especificado la dimensión de los establecimientos comparados constituye una información esencial que, con arreglo a la Directiva 2005/29, sobre las prácticas comerciales desleales.
El TJUE recuerda que en la Directiva 2006/114, toda publicidad comparativa debe comparar los precios objetivamente y no ser engañosa. Establece en nuestro caso que la objetividad de la comparación puede verse falseada si la publicidad no menciona esta diferencia comparativa de tamaños y formatos de los establecimientos. Esta publicidad sólo es engañosa si no se informa al consumidor de esta circunstancia. Finalmente, el Tribunal de Justicia precisa que esta información no sólo debe proporcionarse de forma clara, sino que además debe figurar en el propio mensaje publicitario. [Ricardo Andreu Ibáñez]
Fuente: Comunicado de Prensa TJUE
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