Ana Elisabete Ferreira, Responsable de la sección de Derecho Civil Médico del IDIBE, e investigadora del “Centro de Derecho Biomédico” (CDB) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Coimbra (Portugal), ha sido noticia recientemente en el país vecino por un magnífico estudio, en el que propone la necesidad de desarrollar un estatuto propio para los robots, cuyas relaciones con los humanos están planteando cuestiones para las cuales, de momento, el Derecho no tiene respuesta.
La autora, cuyo estudio ha generado un gran revuelo mediático en Portugal, hasta el punto de aparecer con frecuencia en prensa y de realizar numerosas intervenciones radiofónicas, considera que actualmente el Derecho no dispone de herramientas para regular las relaciones sociales, profesionales y personales entre humanos y robots. En este sentido, la investigadora destaca el avance que ha experimentado en la actualidad la inteligencia artificial de los robots, que les lleva a tomar decisiones autónomas y elecciones éticas similares a las que un ser humano realizaría, dejando atrás, de esta forma, la época en la que la conducta de los robots estaba programada y preestablecida y sus funciones eran relativamente limitadas. Desde esta perspectiva, Ana Elisabete se pregunta qué implicaciones puede tener, a nivel de responsabilidad civil, el daño derivado de una decisión autónoma de un robot (que no tenga que ver, por tanto, con un defecto técnico, de programación o de fabricación).
La autora constata que, por el momento, el Derecho portugués considera que los robots son máquinas dominadas y dependientes de los humanos, por lo que la responsabilidad civil por los daños ocasionados por aquéllos debe recaer sobre éstos y sobre las empresas que los utilizan. A este respecto, la autora desliza la posible idoneidad de desarrollar un estatuto jurídico de los robots, mediante el cual éstos pasarían a ser titulares de derechos y de deberes.
