El derecho de desistimiento es la facultad del consumidor de dejar sin efecto el contrato celebrado en un plazo establecido para el ejercicio del mismo, sin necesidad de justificar su decisión y sin penalización alguna.
El caso al que hace referencia este derecho de desistimiento es el siguiente: el Sr. Ledowski adquirió un colchón a través de una página web de venta de colchones. Una vez recibió el producto retiró la capa de protección del mismo, y posteriormente, decidió devolver el colchón.
La empresa de venta de colchones consideró que el cliente no se encontraba en las circunstancias correctas para ejercer el derecho de desistimiento, ya que ellos consideraban, a la luz de la Directiva sobre los derechos de los consumidores, que el derecho de desistimiento se pierde cuando se trate de aquellos productos que sean precintados y que no puedan ser devueltos por razones de protección para la salud o la higiene.
Sin embargo, el TJUE interpretó la Directiva de otra forma, ya que, a su juicio, el hecho de que un colchón pueda ser utilizado no imposibilita que este pueda ser empleado de nuevo por un tercero, o incluso volver a ser comercializado. Pone de ejemplo que un mismo colchón sirve para muchos clientes en una habitación de hotel.
El TJUE asimila la categoría de la venta de colchones con la venta de prendas, ya que ambos están en contacto con el cuerpo humano, y que si el comerciante, tras un tratamiento de limpieza o desinfección puede conseguir que estén en condiciones de ser nuevamente utilizados por un tercero, pueden ser nuevamente comercializados.
Sin embargo, el Tribunal de Justicia recuerda que, si el bien sufriera cualquier tipo de depreciación resultante de la manipulación directa por el cliente, ajena a su naturaleza, características o el funcionamiento del mismo, éste responderá de las mismas.
Oscar Perales Bertó, Estudiante en prácticas en el IDIBE.
