El Tribunal Supremo ha asignado distintas penas para estos policías, ya que el que agredió al detenido esposado e indefenso fue el Jefe de la Policía Local, mientras que los otros tres, se mantuvieron indefensos y parecía que disfrutaban de la situación del detenido, aunque no se sabe con exactitud si el detenido fue agredido por algún policía más a parte del Jefe, ya que giraron la cámara de vigilancia de una manera en la que no se pudiese ver lo que estaba sucediendo en la sala.
El detenido, que estaba indefenso por estar ebrio y tener los grilletes puestos, fue golpeado de forma que su cara mostraba que los golpes recibidos se dieron con fines despectivos y vejatorios, degradando así al agredido. De todas formas, la sentencia reconoce que unos cuantos golpes menores no son por sí mismos un atentado contra la integridad moral, pero la situación en la que el detenido recibió los golpes, una situación en la que no podía defenderse de ninguna manera, convierte estos golpes en algo que atenta contra la integridad moral y física del afectado. También se difundió un vídeo de esta agresión, que solo causó que la repulsión por parte de la opinión pública.
Finalmente, el Jefe de la Policía Local (el agresor principal) ha sido condenado a un año y tres meses de prisión y a la inhabilitación absoluta durante tres años. Otro policía, que fue el que podría haber detenido la agresión y que no lo hizo, fue condenado a un año de prisión y a tres años de inhabilitación absoluta, mientras que los otros dos policías fueron condenados también a un año de prisión cada uno y a dos años de inhabilitación [Enrique Lorenzo Andreu Zamorano].
Fuente: Comunicación Poder Judicial.
Acceso a la Sentencia
