La Sala Penal del Tribunal Supremo ha condenado a tres a años y medio de prisión a un hombre por un delito continuado de estafa, fingiendo un accidente para cobrar de las aseguradoras, y para conseguir su fin, pretendió darle credibilidad mediante la amputación de su mano derecha.
El reo había suscrito pólizas con hasta ocho compañías de seguros, y deberá devolver los 335.000 euros que le habían transferido tres de las compañías por transferencia bancaria; 35.000 euros a Santa Lucía Compañía de Seguros y Reaseguros; 90.370 euros a Liberty Seguros y 209.564 euros a Axa Seguros y Reaseguros.
Relata la sentencia que los hechos probados ocurrieron el día 10 de diciembre de 2007, cuando el acusado, personalmente o con ayuda de terceros, se amputó con un instrumento cortante la mano derecho, con el fin de cobrar las coberturas contratadas previamente con las compañías aseguradoras. Tras la amputación, el condenado se hizo un torniquete y se dirigió con su vehículo a una carretera que une las localidades de Nules y Moncófar, donde dejó caer el vehículo por un terraplén. Seguidamente procedió a colocar la mano objeto de la amputación debajo del asiento del conductor, incendió el automóvil haciendo uso de una bolsa de gasolina, llamó a los servicios de emergencia y se tumbó hasta la llegada de la policía local.
El procesado interpuso recurso de casación contra el fallo de la Audiencia Provincial de Castellón, que le había condenado a cuatro años de prisión, el cual fue estimado parcialmente, reduciendo la pena a tres años y seis meses al estimar la Sala Segunda del Tribunal Supremo que concurre la atenuante de dilaciones indebidas.
El hombre adujo en su recurso diversas versiones alternativas a los hechos probados, tales como que sufre un cuadro psiquiátrico grave crónico; que el corte de la mano no fue limpio y se produjo en el momento del accidente; que el lugar donde se produjo el presunto accidente era curvo y no recto; y que la amputación de la mano no estaba cubierta por ninguna de las pólizas. Ninguna fue aceptada por el magistrado.
La citada Sala definió el plan como “maquiavélico” por parte del reo, ya que ocultó que había provocado el sinestro para poder cobrar de aseguradoras, y efectivamente llegó a cobrar de tres de ellas, dinero que ahora tendrá que devolver. [Ignacio Guinot Segarra]
Fuente: Comunicación Poder Judicial.
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