La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo confirma la sentencia del Tribunal Militar Central, que anula el arresto de un brigada del Ejército del Aire que no quiso brindar por el Rey, porque la sanción había prescrito, teniendo que ser indemnizado por daños morales y perjuicios que sufriera por la sanción.
El 22 de junio, un teniente mandó preparar un vino para brindar por el santo del entonces monarca Juan Carlos I, diciendo el brigada que eso ya no se llevaba. El 24, al llevarse a cabo dicho brindis, el brigada no se encontraba en la formación para entrar en el comedor. Finalmente, al localizarle y tras su negativa, acabó levantado la copa, marchándose del comedor. Infringió la disposición que dice “emitir o tolerar manifiesta y públicamente expresiones contrarias, realizar actos irrespetuosos o adoptar actitud de menosprecio contra la Corona”, y se le abrió expediente disciplinario el 12-09-2012.
El 13-09-2013, se emitió la resolución sancionadora por una falta grave. Habiendo pasado más de 6 meses, la sanción había prescrito. La sentencia indica “que la autoridad disciplinaria puede incoar y tramitar un expediente sancionador y que no está obligada a suspenderlo aunque tenga conocimiento de que se ha iniciado un procedimiento penal por los mismos hechos, señalando que no puede resolverlo antes de que acabe éste último. En este caso, subraya la Sala, la autoridad disciplinaria conoció la apertura del procedimiento penal y en lugar de esperar a que éste terminase y se lo comunicaran, optó por incoar el expediente disciplinario y tramitarlo, sin llegar a suspenderlo justificadamente antes de que le fuera notificado el auto de archivo. De ese modo, concluye que el plazo legalmente establecido para su tramitación no quedó interrumpido por la existencia de actuaciones penales y continuó corriendo hasta agotar el plazo de tres meses fijado para su instrucción” [Guillermo Carrasco Gil].
Fuente: Comunicación del Poder Judicial.
