El dueño de una empresa dedicada a las edificaciones, dejó materiales como bidones y botes de pintura nocivos en distintos sitios, que fueron 3 lugares: al lado de una parroquia, en un lugar próximo a un río y en un monte.
En uno de los vertidos, debido a la concentración de metales pesados que se encontró en los materiales, al verterlo, se destrozó el manto vegetal, pero sin llegar a contaminar un río próximo, ya que el ayuntamiento Carballo tuvo que intervenir para evitar que lo vertido hiciese más estragos en la naturaleza, ascendiendo esta intervención a 14000 euros aproximadamente entre análisis y limpieza.
El empresario que fue quien dio estas órdenes de verter los materiales, negó tener algo que ver con los vertidos producidos, aunque las pruebas apuntan que, en efecto, fue el responsable en mayor medida de los vertidos.
De los cuatro acusados, el responsable máximo fue el empresario, mientras que otros dos trabajadores fueron quienes vertieron los materiales nocivos, pero se les aplicó la atenuante en la pena porque confesaron y colaboraron con las autoridades.
Los acusados han cometido un delito contra el medio ambiente establecido en el artículo 325 del Código Penal en su modalidad agravada, debido a que son materiales que a parte de contaminar el medio ambiente, son perjudiciales para la salud humana.
Finalmente, el empresario ha sido condenado a una pena de 3 años y 6 meses de prisión, una multa con cuota diaria de 12 euros durante 17 meses y una inhabilitación para trabajar en el sector industrial durante 2 años. Para los otros dos acusados, se les ha asignado una pena de un año de prisión, 8 meses de multa con cuota diaria de 3 euros y la inhabilitación para realizar actividades industriales durante 1 año. [Enrique Lorenzo Andreu Zamorano].
Fuente: Comunicación del Poder Judicial.
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