La Audiencia Provincial de Cantabria impone nueve años y once meses de prisión, por un delito de homicidio en grado de tentativa con agravantes, a un joven, que trató de matar a su expareja, quien estaba embarazada, lanzándole múltiples cuchilladas, provocándole hasta trece heridas incisas de alcance cutáneo y subcutáneo, en cara, mano, abdomen, glúteos y muslo.
Según los hechos relatados, dos días después de que la mujer hubiera decidido terminar con una relación afectiva de dos meses y medio con el agresor, éste se presentó en su domicilio, y tras reprocharle la ruptura, le anuncia que esa sería la última noche para ambos, pues morirían juntos.
Así, el procesado, aprovechó la distracción de la mujer, que leía un papel que el agresor le había entregado, para sacar el cuchillo y ponérselo en el cuello mientras le decía que quería beber su sangre.
Así, debido al arma empleada, un cuchillo con hoja de 26 cm, la afectación de zonas vitales y la intensidad de los golpes, el tribunal considera que si existió un dolo homicida.
Asimismo, la Sala establece dos circunstancias agravantes, abuso de superioridad, debido a que la hirió aun sabiendo que estaba embarazada, a la utilización de un cuchillo, a la corpulencia del condenado y al hecho de que le solicitara acudir a un lugar más retirado. Y por razón de género, pues el agresor tuvo un comportamiento machista, insultándola cuando la vio en una zona de copas, y al anunciarle que le cortaría la cabeza y se la llevaría a Granada.
En consecuencia, además de la pena de prisión, el procesado también ha sido condenado a una multa de 500 euros por llevarse consigo el bolso de la víctima, así como al pago de una indemnización a la misma, de 18.943 euros, por las trece heridas incisas que sufrió y las posteriores secuelas, y a la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima durante once años, y tras su salida de la cárcel, al cumplimiento de una medida de libertad vigilada de diez años.
Laura Gutiérrez Rosales, estudiante en prácticas en el IDIBE
Fuente: Comunicación Poder Judicial
Según los hechos relatados, dos días después de que la mujer hubiera decidido terminar con una relación afectiva de dos meses y medio con el agresor, éste se presentó en su domicilio, y tras reprocharle la ruptura, le anuncia que esa sería la última noche para ambos, pues morirían juntos.
Así, el procesado, aprovechó la distracción de la mujer, que leía un papel que el agresor le había entregado, para sacar el cuchillo y ponérselo en el cuello mientras le decía que quería beber su sangre.
Así, debido al arma empleada, un cuchillo con hoja de 26 cm, la afectación de zonas vitales y la intensidad de los golpes, el tribunal considera que si existió un dolo homicida.
Asimismo, la Sala establece dos circunstancias agravantes, abuso de superioridad, debido a que la hirió aun sabiendo que estaba embarazada, a la utilización de un cuchillo, a la corpulencia del condenado y al hecho de que le solicitara acudir a un lugar más retirado. Y por razón de género, pues el agresor tuvo un comportamiento machista, insultándola cuando la vio en una zona de copas, y al anunciarle que le cortaría la cabeza y se la llevaría a Granada.
En consecuencia, además de la pena de prisión, el procesado también ha sido condenado a una multa de 500 euros por llevarse consigo el bolso de la víctima, así como al pago de una indemnización a la misma, de 18.943 euros, por las trece heridas incisas que sufrió y las posteriores secuelas, y a la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima durante once años, y tras su salida de la cárcel, al cumplimiento de una medida de libertad vigilada de diez años.
Laura Gutiérrez Rosales, estudiante en prácticas en el IDIBE
Fuente: Comunicación Poder Judicial
