La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha dictado un fallo que anula la condena de 11 años que había impuesto la sentencia recurrida, la cual había considerado probado que el acusado había abusado sexualmente de su hija menor de edad – entre 2007 y 2009 – y que en el último encuentro sostenido – en 2011, tras separarse de su mujer y madre de la menor – le había contagiado una enfermedad de transmisión sexual.
Sin embargo, el Tribunal Supremo afirma que la declaración de la menor no había sido prestada con todas las garantías procesales, indicando, en particular, que no se le había dado a conocer su derecho a no declarar contra su padre; que también se había vulnerado el derecho a la defensa del acusado, al no permitírsele interrogar a la hija a lo largo del procedimiento, ni directa, ni indirectamente; y que tampoco podían utilizar las declaraciones de los médicos y psicólogos que habían atendido a la menor, al considerar que el testimonio prestado por la víctima, en un contexto informal y en calidad de paciente, lo despojaba de las garantías imprescindibles para dotarlos de validez procesal. En lo que respecta al contagio de la enfermedad venérea, los magistrados indican que no existe acreditación médica alguna que respalde que el acusado padeciera condilomas, ni tampoco que llegase a sostenerse el encuentro sexual; no obstante, sí consta que el acusado se prestó voluntariamente a realizarse todas las pruebas necesarias para conocer si había tenido algún tipo de enfermedad sexual, a lo que no fue considerado pertinente por el instructor.
En conclusión, el Tribunal considera que se han vulnerado los derechos de presunción de inocencia y de tutela judicial efectiva del acusado, y por ende, queda absuelto de toda culpa. [K.R.S.]
Fuente: Comunicación Poder Judicial.
