Revocación de la sentencia que, habiendo establecido un régimen de custodia compartida respecto de la hija menor, había reconocido a ambos cónyuges la copropiedad del animal de compañía, asignándoles la guarda del mismo, de acuerdo con el régimen de custodia previsto, distribuyendo por mitad entre los cónyuges copropietarios los gastos de la mascota. Reconocimiento de la propiedad exclusiva del animal en favor de la mujer y consiguiente atribución a ella de su posesión. Sin embargo, se distribuyen los gastos de mascota en la misma proporción que la establecida para los alimentos con el argumento de “ha quedado acreditado que la mascota fue un regalo de los padres a su hija, y que aunque en el registro consta a nombre de la (mujer) es evidente que constante el matrimonio han sido ambas partes quienes han decidido su adquisición y quienes se han encargado de las necesidades materiales del animal, por lo que ahora en el momento de la separación, y teniendo en cuenta que la mascota se adquirió para el disfrute de la hija, dado que los gastos de los hijos se han distribuido en la proporción 80% para el padre y 20% para la madre, y que (está última) tendrá que ocuparse íntegramente de su cuidado material, se debe fijar que los gastos que genere la mascota se abonen en el mismo porcentaje”.

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SAP de Barcelona (Sección 18ª) de 21 de febrero de 2024, rec. nº 713/2023 (ECLI:ES:APB:2024:1577)
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“(…) En relación a la tenencia de la mascota familiar acordada en la sentencia, tenemos que poner de manifiesto que no existe ninguna regulación al respecto en el Codi Civil de Cataluña, no siendo de aplicación las regulaciones de fondo que sobre esta cuestión se hagan en otros ordenamientos jurídicos, por lo tanto y sobre la cuestión de la tenencia del animal de compañía, se deberá a estar a la titularidad administrativa de mismo, que en este caso corresponde a la Sra. Inmaculada, por lo que es la Sra. Inmaculada quien se debe responsabilizar de su cuidado y atención.

(…) ha quedado acreditado que la mascota fue un regalo de los padres a su hija, y que aunque en el registro consta a nombre de la (mujer) es evidente que constante el matrimonio han sido ambas partes quienes han decidido su adquisición y quienes se han encargado de las necesidades materiales del animal, por lo que ahora en el momento de la separación, y teniendo en cuenta que la mascota se adquirió para el disfrute de la hija, dado que los gastos de los hijos se han distribuido en la proporción 80% para el padre y 20% para la madre, y que (está última) tendrá que ocuparse íntegramente de su cuidado material, se debe fijar que los gastos que genere la mascota se abonen en el mismo porcentaje” (F.D. 4º) [J.R.V.B.]

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